Entrevista a Sandra Sardà per Diario de Teruel
"No hi ha cultura de crear amb les mans, la gent no sap diferenciar entre un clau i un vis"
Sandra Sardá es el motor de Katakrak, la compañía de arte callejero radicada en Vic (Barcelona) que gira en torno a tres ejes fundamentales: creatividad, reciclaje y juego. Da una segunda vida a los objetos desde el año 2005 y su participación en la presente edición del Festival Internacional de las Artes Escénicas, Gaire, de Pancrudo, no pasó desapercibida y con sus artilugios, hechos a partir de materiales reciclados, disfrutaron niños y mayores.
-¿Se ocupa usted del diseño?
-Sí, de idearlos y fabricarlos en el taller, donde cuento con algún colaborador, pero yo llevo el liderazgo de los proyectos, salvo en el último, Andrómina, donde compartió creación y producción con Koldo Peñas.
-¿Cómo se le ocurren estas creaciones?
-Muchas veces es a través de los objetos, de la forma o la dinámica mecánica, ellos me llevan a jugar con ellos y a ver qué retos hay ahí dentro. Otras veces, trabajando o jugando me viene a la idea una mecánica y luego busco el objeto. Es un feedback entre el objeto que te indica o te viene la idea y luego buscas el objeto.
-¿De dónde saca la chatarra de la que parte para sus diseños?
-De puntos verdes públicos, de algún empresa privada de recuperación y cada vez más de amigos que saben que me dedico a esto y me lo dan antes de tirarlo. Ahora que hay tanta oferta de segunda mano a veces he comprado algo específico. Cuando la idea está muy echada hacia adelante y necesito una cosa concreta por diseño o color la busco ahí.
-¿Crea proyectos por temas?
-Siempre están presentes tres ejes, el juego, reciclaje y creatividad, a partir de ahí está todo abierto y se van enlazando los proyectos por temáticas. Después dimos el salto mecánico a eléctrico, muchas veces la gente tira muchas cosas electrónicas y ahí busqué la opción de hacer juegos eléctricos con energías renovables y no solo mecánico. Engins está dedicado a renovables y parte de electrónica, son juguetes y aparatos eléctricos transformados en juegos. Cada aparato tiene su energía, solar o de dinamos, que hace falta para jugar.
-¿Los juguetes que incluyen en los espectáculos de calle son una muestra de que todo tiene una segunda vida?
-Sí, y que está en manos de las personas, con herramientas y tiempo pero se puede hacer, se puede dar un segundo uso a los objetos que ellos conocen y que a veces pensamos que no pueden hacer mucho más, pero basando su creatividad sí se puede usar.
-¿Hace falta impulsar a la gente a crear?
-No existen espacios libres con herramientas y espacios recuperados, en las escuelas y talleres todo está más guiado y los niños pueden hacer una parte del proyecto, pero pensar y crear desde cero no es tan fácil, por eso Andrómina está funcionando tan bien. Es un remolque que se despliega, hay una parte libre que es el plato fuerte. Tienes que dar unas dinámicas e introducir a la gente, porque sin dar unas pistas es difícil crear, no hay mucha cultura en este área y la gente no diferencia un clavo de un tornillo. Van tirando del hilo y hay familias que se están horas, es libre también el tiempo, algo que es importante, porque muchos talleres son de una hora y para fabricar un avión, por ejemplo, no van más allá.
-Dice que la gente no diferencia un clavo de un tornillo. ¿Por qué esta incultura hacia el bricolaje?
-Antes había talleres en las escuelas, al menos en Cataluña, dabas algo de bricolaje, ahora te especializas muy rápido y no lo das, no hay ni un pequeño taller con herramientas básicas. Igual dentro